Rooftop
Coronando el hotel se encuentra un jardín urbano con flora mediterránea, un oasis de calma en la metrópolis. Entre olivares se estira la piscina climatizada, al límite del edificio y fusionándose con el horizonte. Las hamacas permiten relajarse mientras se observa la vida en los balcones vecinos. Desde aquí arriba parece que todo se pare.
Acérquese para compartir una copa y ver el atardecer o tomar un cocktail bajo el cielo nocturno de Barcelona. Tranquilidad amena en un mirador idílico en pleno centro de l’Eixample para disfrutarlo cualquier día del año.